domingo, 22 de marzo de 2015
El paro de los mayores de 45 años, sigue en aumento
Si nos remontamos a 2007, España tenía una tasa de paro del
8,3%, los parados de larga duración representaban ya entonces un 30,5% de la
población desempleada. Hoy son el 46,7%, una cifra muy alarmante, que ya era la
del 2007, la Comisión Europea lleva años preocupada por la evolución creciente
del paro de larga duración y, en uno de sus recientes estudios, alerta sobre su
hiriente impacto sobre el “bien común" y, por tanto, sobre el Estado
social y de bienestar.
Un 49,7% (907.000) de las personas desempleadas mayores de 45 años, llevan más de un año en el desempleo. Las políticas activas de empleo, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no trabajan de manera integrada los aspectos de reinserción (orientación, formación, intermediación). Los aspectos psicosomáticos vinculados al paro de larga duración, como la pérdida de autoestima, la ansiedad o el estrés, por otro lado los esteriotipos hacen que las empresas sean reticentes a contratar a personas con esta edad, esta depreciación del capital humano afecta negativamente al desarrollo profesional de los que lo sufren, por lo que la situación no haga más que agravarse.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social (octubre/2014), el gasto en prestaciones por desempleo se situó en 1.914,8 millones de euros en octubre, el 17,8 % menos que en el mismo mes de 2013. Actualmente la cobertura del sistema de protección por desempleo es del 57,31 %, lo que supone más de tres puntos porcentuales menos que un año antes e implica que algo más de 4 de cada 10 desempleados no cobra prestación. Si la pérdida de trabajo suma la pérdida de rentas sociales, el riesgo de pobreza y de exclusión acaba transformándose en una realidad, con efectos múltiples, diferidos en el tiempo y que comprometen seriamente la cohesión social presente y futura y, también, el mantenimiento del sistema de Seguridad Social.
Por lo que respecta al colectivo de las personas desempleadas mayores de 45 años, y en especial de los mayores de 55, las prestaciones se han endurecido, de manera que el subsidio por desempleo se haya reducido en un 47% después de la reforma laboral del 2012. El subsidio se cobraba antes a los 52 años, ahora es a los 55 y con tantos requisitos que hacen difícil su percepción.
El paro de larga duración, ofrece el reflejo de un país también parado desde hace tiempo, que no hace por conocerse, que no trabaja con visión, que se encadenó una hipoteca a los tobillos, de manera que tampoco puede moverse en búsqueda de territorios más fecundos y que, excesivamente preocupado por contentar a los muchos que le tienen secuestrado, se ocupa más de las formas que del fondo.
El Consejo Económico y Social en su reciente informe sobre "La situación sociolaboral de las personas de 45 a 64 años de edad”, plantea una treintena de medida para combatir este desempleo. Entre ellas que el colectivo participe en todos los programas de empleo en proporción a su dimensión ya que actualmente esta infrarepresentado, también que el requisito de edad del actual subsidio especial para mayores de 55 años, vuelva a ser para mayores de 52 años como lo era antes de la reforma laboral del 2012, y sin más requisitos que estar en desempleo.
Los expertos señalan que la mejora en la cobertura y calidad de las políticas de orientación y desarrollo profesional, las políticas mixtas de prestación social y trabajo, las políticas de vivienda, y los incentivos fiscales para fomentar la movilidad, el autoempleo y el cooperativismo, son medidas efectivas contra el desempleo de larga duración. Ponerlas en marcha es URGENTE.
Un 49,7% (907.000) de las personas desempleadas mayores de 45 años, llevan más de un año en el desempleo. Las políticas activas de empleo, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no trabajan de manera integrada los aspectos de reinserción (orientación, formación, intermediación). Los aspectos psicosomáticos vinculados al paro de larga duración, como la pérdida de autoestima, la ansiedad o el estrés, por otro lado los esteriotipos hacen que las empresas sean reticentes a contratar a personas con esta edad, esta depreciación del capital humano afecta negativamente al desarrollo profesional de los que lo sufren, por lo que la situación no haga más que agravarse.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social (octubre/2014), el gasto en prestaciones por desempleo se situó en 1.914,8 millones de euros en octubre, el 17,8 % menos que en el mismo mes de 2013. Actualmente la cobertura del sistema de protección por desempleo es del 57,31 %, lo que supone más de tres puntos porcentuales menos que un año antes e implica que algo más de 4 de cada 10 desempleados no cobra prestación. Si la pérdida de trabajo suma la pérdida de rentas sociales, el riesgo de pobreza y de exclusión acaba transformándose en una realidad, con efectos múltiples, diferidos en el tiempo y que comprometen seriamente la cohesión social presente y futura y, también, el mantenimiento del sistema de Seguridad Social.
Por lo que respecta al colectivo de las personas desempleadas mayores de 45 años, y en especial de los mayores de 55, las prestaciones se han endurecido, de manera que el subsidio por desempleo se haya reducido en un 47% después de la reforma laboral del 2012. El subsidio se cobraba antes a los 52 años, ahora es a los 55 y con tantos requisitos que hacen difícil su percepción.
El paro de larga duración, ofrece el reflejo de un país también parado desde hace tiempo, que no hace por conocerse, que no trabaja con visión, que se encadenó una hipoteca a los tobillos, de manera que tampoco puede moverse en búsqueda de territorios más fecundos y que, excesivamente preocupado por contentar a los muchos que le tienen secuestrado, se ocupa más de las formas que del fondo.
El Consejo Económico y Social en su reciente informe sobre "La situación sociolaboral de las personas de 45 a 64 años de edad”, plantea una treintena de medida para combatir este desempleo. Entre ellas que el colectivo participe en todos los programas de empleo en proporción a su dimensión ya que actualmente esta infrarepresentado, también que el requisito de edad del actual subsidio especial para mayores de 55 años, vuelva a ser para mayores de 52 años como lo era antes de la reforma laboral del 2012, y sin más requisitos que estar en desempleo.
Los expertos señalan que la mejora en la cobertura y calidad de las políticas de orientación y desarrollo profesional, las políticas mixtas de prestación social y trabajo, las políticas de vivienda, y los incentivos fiscales para fomentar la movilidad, el autoempleo y el cooperativismo, son medidas efectivas contra el desempleo de larga duración. Ponerlas en marcha es URGENTE.
Maria Hilda LOPEZ
Junta Directiva Codema45
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(Atom)
También en Facebook
0 comentarios:
Publicar un comentario